Balatro

04/06/2024 - 09:00



El mundo actual de los roguelikes está lo que se podría decir un poco saturado. Cada semana salen un porrón de ellos al mercado y, cada año, solamente uno o dos son realmente dignos de mención.

Por eso sorprende que Balatro haya aparecido, como de la nada, perfectamente diseñado. En un género donde la mayoría de juegos tardan años en convertirse en juegos completos (si es que llegan a conseguirlo), Balatro consigue retorcer las reglas del póker de manera magistral para convertirse en un juego que será todo un clásico.

Balatro es una creación con muchas capas, cada una de ellas sencilla pero cuyo conjunto encierra una endiablada dificultad y complejidad. Cada partida comienza de manera sencilla. Nos enfrentamos a una ciega que debemos completar obteniendo trescientos puntos. Empezamos sacando una mano de cartas de nuestra baraja y debemos combinar un número máximo de manos para conseguir puntos, pudiendo también descartar hasta cinco cartas un número limitado de veces. Los distintos tipos de mano clásicos del póker nos darán distintas puntuaciones basadas en la cantidad de fichas y su multiplicador, así como el propio valor de las cartas. Así, un full nos dará muchos más puntos que jugar a la carta alta. Si conseguimos más puntos de los que tiene la ciega como requisito a lo largo de las manos jugadas, pasamos a la siguiente ronda y el juego nos premia con dólares.

Esto comienza a complicarse cuando superamos la primera ciega y abrimos por primera vez la tienda. Aquí, entre ciega y ciega, podremos gastar los dólares con los que el juego nos premia, aunque a veces podremos también saltarnos las ciegas para obtener un beneficio saltándonos la tienda. Volviendo a la tienda, querremos obtener de primeras un buen Joker, pues estos potencian a menudo nuestras jugadas aumentando nuestras fichas o multiplicador o dándonos múltiples habilidades y beneficios mientras los tengamos equipados.

Estos Jokers son la forma más sencilla de expresión a la hora de esculpir nuestra baraja. Los hay sencillos, como uno que simplemente suma 4 a nuestro multiplicador. También los hay capaces de cambiar completamente nuestra forma de jugar y construir la baraja. Uno hace que podamos crear una escalera con una carta menos; otro hace que los corazones cuenten como diamantes; otro nos dará dinero cada vez que descartemos un 3… Las posibilidades son ilimitadas y escoger unos buenos comodines suele ser gran parte del éxito en cada partida ganada.

Junto a los comodines podremos comprar también vales, cartas de planeta y cartas del tarot. Los vales son fáciles de explicar, dándonos un beneficio a lo largo de toda la partida como una mano más o un descarte adicional para cada ciega. Las cartas de planeta nos ayudan a potenciar distintas manos. Si tienes una baraja que tiende a crear colores fácilmente (las cinco cartas del mismo palo), la carta de Júpiter potenciará esa combinación.

Las cartas del tarot son consumibles que muchas veces serán útiles jugando durante las ciegas. Estas nos dan oportunidades para afectar la partida de manera más puntual, ayudando a sacarnos de un apuro o a modificar algunas de nuestras cartas. Son menos necesarias que los comodines y planetas a la hora de ajustar nuestra estrategia y baraja a largo plazo, pero no hay nada como salvar una partida convirtiendo tres picas en corazones para alcanzar la codiciada escalera de color y sobrevivir a una ciega difícil.

Comodines, vales, cartas de planeta y cartas del tarot son pues los cuatro elementos principales con los que mejoraremos la baraja y aumentaremos nuestra puntuación. También podemos comprar sobres con posibilidades de que nos aparezcan distintas opciones de cada elemento, pero siempre hay la opción de que nos salga algo que no queríamos y hayamos desperdiciado nuestro dinero. Nada peor que comprar un sobre de planetas y que solo te aparezcan manos que no usas.

Finalmente, la última forma de modificar nuestra baraja es comprando versiones normales o mejoradas de las cartas de nuestra baraja con las que hacer un mazo a nuestra medida. ¿Has subido mucho el trio? Compra exclusivamente ases y tendrás muchas posibilidades de hacerte un trío de ases. Esto permite combinaciones absurdas que no existen en el póker como cinco cartas iguales y el juego lo tiene en cuenta y las puntúa adecuadamente.

Si pensabais que simplemente crear una buena baraja iba a ser suficiente para ganar automáticamente la partida, nada más lejos de la realidad. Cada tres ciegas sube el Nivel de apuesta, equivalente a avanzar de mundo en un videojuego tradicional. Al llegar al Nivel de apuesta 8 ganamos la partida. La gran pega es que, para cambiar el Nivel de apuesta, cada tres ciegas deberemos superar a un Boss que incorpora sus diabólicos requisitos.

Esto es Balatro. Tremendamente complicado de describir por escrito, pero exageradamente fácil de entender con solo jugar un par de partidas. Empezar una partida, observar la primera tienda, imaginar una posible baraja ganadora y llegar lo más lejos posible con ella. Un bucle jugable endiabladamente adictivo, más aún dada la duración media de cada partida de una media hora que hace fácil darle a empezar otra.

Con todos estos ingredientes, Balatro se convierte en un festín. Raro es que un juego recién salido en un subgénero que no nos llama sea capaz de atraparnos, pero con Balatro ha ocurrido de forma aparentemente inevitable.

Por lo tanto, hay que decir que Balatro es uno de los mejores roguelikes que jamás han aparecido en el mercado. Con tan poco tiempo en el mercado ya se ha posicionado paralelamente a los grandes del género. Que sea el primer juego de su creador lo convierte en un auténtico prodigio del desarrollo del que esperamos grandes cosas. Balatro es un juego que merece ser jugado, con un precio adecuado, uno de esos juegos que te hacen preguntarte como a nadie se le había ocurrido diseñarlo antes. Balatro significa bufón en latín, pero pocos juegos se toman más en serio su diseño.

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