Final Vendetta
16/02/2024 - 09:10Final Vendetta es obra de Numskull Games y Bitmap Bureau, que ya tienen experiencia con juegos de corte nostálgico como el muy celebrado Xeno Crisis. Ahora, toca volver al estilo clásico de avanzar por las calles y repartir os**** a los malos.
El argumento nos traerá recuerdos del mítico Final Fight. Claire es una experta en artes marciales cuya hermana es secuestrada por un tenebroso sindicato del crimen.
Ayudada por Duke, un luchador londinense y Miller, un ex-competidor de lucha libre, partirán en su búsqueda... a base de puñetazos.
El juego se divide en 6 zonas (más una de bonus), por las que hemos de avanzar a base de completar tramos de enemigos. No hay tiempo en cada tramo, pero la cosa no va a ser sencilla.
Solo tenemos 5 vidas y, una vez las perdamos, no se puede continuar: Game Over y de vuelta a la casilla de salida.
Como supondréis, cada personaje representa los arquetipos de este tipo de juegos. Duke es el más equilibrado, Claire es rápida pero no causa tanto daño y Miller es una bestia en la corta distancia, pero no tan rápido.
A la hora de avanzar nos topamos con enemigos como los típicos pandilleros que aguantan dos sopapos, boxeadoras, "dominatrix" con fusta o navajeros que os pueden sorprender en la larga distancia.
¿Y solo los despachamos a base de puñetazos? Pues no, porque uno de los puntos fuertes de Final Vendetta es su sistema de lucha, que bebe de los clásicos, pero aporta ideas interesantes.
Tenemos ataques cuerpo a cuerpo normales, pero también hay un botón de ataque especial que solo funciona en ciertas circunstancias, como ir corriendo hacia un rival o tras cogerlo. ¡También lo podemos usar para patear a rivales caídos, lo que es super útil!
Otra combinación de dos botones nos da un ataque trasero y, por último, tenemos una para hacer un superataque: una patada hacia atrás para Claire, un "molinillo" para Miller y una patada huracán para Duke.
Este superataque es imparable y nos hace invencibles por unas décimas de segundo, pero si lo ejecutamos, perdemos un poco de vida, a no ser que tengamos la barra de Super llena (lo que se consigue a base de dar unos pocos golpes a los rivales o a objetos del escenario).
Solo tras pasarnos el juego podemos acceder al resto de modos: Supervivencia (vencer a todos los enemigos que podamos con una sola vida, aunque va cayendo comida de vez en cuando), Carrera de Jefes (vencer a todos los jefes del tirón) y Entrenamiento.
En el apartado visual, no cabe duda de que sus desarrolladores han volcado todo su amor por los juegos de peleas clásicos de los tiempos de Mega Drive o Super Nintendo. No solo en las inspiraciones de diseño (Miller está claramente basado en Haggar y Claire en Blaze Fielding, por ejemplo), sino también en los propios gráficos.
El estilo pixel art luce de maravilla a máxima resolución y todos los personajes están llenos de detalles y colorido. Quizá son algo más cabezones de la cuenta, por alguna razón, pero esto es más una cuestión de gustos.
Los fondos están llenos de detalles, como grafittis de homenaje a otros juegos, posters de películas de artes marciales míticas o animalillos que nos observan desde un recoveco.
En cualquier caso, lo más destacable es la espectacular banda sonora, que incluye motivos de hip-hop, dance o breakbeat y corre a cargo de artistas muy consagrados como Utah Saints, Featurecast y Krafty Kuts. Algunas melodías son una verdadera pasada y sí, se nota la influencia de maestros como Yuzo Koshiro en determinados temas.
Los efectos de sonido son correctos e incluyen algunas voces digitalizadas, además de pequeños homenajes sonoros a otros juegos, como cuando cogemos la comida, por ejemplo.
En definitiva, Final Vendetta es un notable homenaje a la época dorada de las peleas callejeras, al que quizá le falta un pelín más de contenido para estar en la élite, pero que sin duda os traerá grandes momentos de nostalgia y adrenalina.
Eso sí, armaos de paciencia, porque en las primeras partidas puede que os den para el pelo. Pero bueno, nadie dijo que para derrotar a un sindicato del crimen bastara con un peinado molón y comer un par de pizzas, ¿no?