Sker Ritual

03/07/2025 - 11:15



Cuando Maid of Sker se lanzó en 2020, nos ofrecía un survival horror atmosférico basado en leyendas galesas, centrado en el sigilo, los sonidos perturbadores y una historia densa. Ahora, Sker Ritual retoma ese universo, pero da un giro radical hacia la acción cooperativa, con una jugabilidad frenética que bebe directamente de los modos zombis de Call of Duty, pero con una capa de horror folk y un toque personal que lo hacen destacar.

A cargo de Wales Interactive, este spin-off propone un enfoque completamente distinto: sobrevivir oleadas de enemigos grotescos en compañía (o en solitario), mejorar habilidades, desbloquear secretos y resistir en medio de una espiral de sangre, misticismo y tensión constante. ¿Es solo otro "horda shooter" más, o consigue mantener su identidad en un género saturado?

Jugabilidad: sobrevivir con estilo (y estrategia)

En esencia, Sker Ritual es un FPS cooperativo por oleadas, con partidas que pueden ir desde los 20 minutos hasta más de una hora, dependiendo del mapa, el equipo y la habilidad de los jugadores. Puedes enfrentarte a la amenaza solo o con hasta tres compañeros en línea, y el reto escalará adecuadamente según el número de participantes.

El bucle jugable es conocido: empiezas con un arma básica, matas enemigos, consigues puntos, mejoras tu equipo y desbloqueas zonas del mapa. Pero donde otros se limitan a lo básico, Sker Ritual introduce una capa interesante de profundidad con desafíos específicos por mapa, decisiones tácticas y mejoras activas y pasivas llamadas miracles, que funcionan como perks únicos con efectos muy variados (desde balas incendiarias hasta recarga instantánea al golpear enemigos).

La sensación de disparo es sólida, con armas que se sienten bien, retroceso ajustado y una variedad que va desde pistolas clásicas a lanzarrayos rituales. El diseño de enemigos también influye directamente en el gameplay: algunos corren a lo loco, otros lanzan proyectiles, y hay jefes o mini-jefes que exigen coordinación. Cada partida puede terminar en un festival de caos donde sobrevivir una ronda se convierte en una hazaña.

Diseño de mapas y progresión: rituales, secretos y tensión

Sker Ritual cuenta actualmente con varios mapas distintos, todos con identidad propia, ambientados en lugares que evocan el folclore celta, lo gótico y lo sobrenatural. Hay zonas abiertas, pasillos claustrofóbicos, criptas antiguas y laboratorios con tecnología steampunk. Cada escenario está diseñado para generar tensión, con múltiples rutas, zonas bloqueadas, y desafíos únicos que obligan al equipo a separarse o tomar riesgos para avanzar.

Uno de los grandes aciertos del juego es cómo cada mapa tiene rituales específicos: pequeñas misiones o tareas que deben completarse en mitad de la masacre para desbloquear nuevas zonas o acceder a mejoras poderosas. Esto le añade un componente estratégico que recuerda a los mejores mapas del modo Zombis de Call of Duty, pero con una identidad propia más centrada en el misterio y lo arcano.

La progresión del personaje también se siente gratificante. Puedes desbloquear cosméticos, armas especiales y nuevas variantes de milagros que cambian por completo tu forma de jugar. Además, el sistema de cartas y bonificaciones da margen para personalizar builds, lo que mejora la rejugabilidad.

Apartado visual: grotesco, oscuro y bien ambientado

Sker Ritual no aspira a ser un portento gráfico a nivel técnico, pero lo compensa con una dirección artística muy cuidada. El juego sabe crear atmósferas pesadas, cargadas de niebla, sangre y elementos rituales. Las texturas y modelos pueden no estar al nivel de un AAA, pero el diseño de los enemigos (inspirados en criaturas folk, soldados resucitados y monstruos con máscaras rituales) es escalofriante y distintivo.

La iluminación juega un papel clave: los destellos de magia, los fuegos fatuos y los rayos que iluminan los pasillos generan un ambiente opresivo que nunca te deja relajarte. El juego sabe cómo colocar sombras, cómo hacerte sentir incómodo y cómo combinar eso con la tensión de una ronda en curso.

Las animaciones, tanto de los enemigos como de los jugadores, cumplen sin destacar especialmente. El HUD, por su parte, es funcional y claro, algo esencial cuando el caos visual amenaza con sobrecargarte en las rondas más avanzadas.

Audio: susurros, chillidos y sonidos de ultratumba

Uno de los puntos más fuertes de Sker Ritual es su diseño de sonido. Lejos de limitarse a efectos genéricos, el juego utiliza el audio como herramienta de atmósfera: los enemigos no solo aparecen, se anuncian con gritos desgarradores, risas infantiles distorsionadas o pasos secos que te hielan la sangre. Incluso cuando no los ves, los escuchas, y eso basta para ponerte en tensión.

La música es ambiental y perturbadora, ideal para el tono que busca el juego. No hay riffs heroicos ni bandas sonoras épicas: lo que se escucha son coros fantasmales, instrumentos rituales y ruidos graves que dan forma al horror. Todo eso se mezcla con el estruendo de las armas y la voz de los rituales, generando una cacofonía controlada que contribuye a la inmersión.

Narrativa y ambientación: el folclore galés convertido en survival shooter

Aunque Sker Ritual no pone tanto énfasis en la narrativa como su predecesor, sí logra expandir su universo a través de detalles ambientales, documentos y voces que surgen durante los rituales. La historia de fondo está ahí para quien quiera escarbar, y el contexto sobre la isla de Sker, sus maldiciones y sus experimentos místicos va tomando forma a medida que completas partidas.

El tono sigue siendo oscuro y místico, con elementos de horror religioso, simbolismo pagano y ciencia ritual. Es un enfoque muy distinto al típico apocalipsis zombi, y esa ambientación tan particular es lo que le da al juego su toque único.

Conclusión: rituales, disparos y tensión constante en una joya cooperativa

Sker Ritual no pretende reinventar el género, pero sí aporta personalidad y una ejecución más que sólida dentro del shooter cooperativo por oleadas. Su ambientación folk-horror, la variedad de mapas, el sistema de milagros y la rejugabilidad lo convierten en una experiencia muy adictiva, especialmente si tienes un grupo con el que jugar.

Para fans del horror, del gunplay arcade, y del cooperativo frenético, es un título más que recomendable. Y para quienes disfrutaron Maid of Sker, aquí encontrarán una nueva faceta del mismo universo, mucho más salvaje, pero igual de oscura y misteriosa.

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